sábado, 13 de marzo de 2010

VOLEIBOL MASCULINO PERUANO

PEGANDO EN ZONA
ESCRIBE: PEPE TRONCON
EL ESLABÓN PERDIDO.

Naturalmente nos referimos al tantas veces vapuleado voleibol peruano en la rama masculina aquél que sucesivas Juntas Directivas de la FPV utilizaron forzando su vigencia única y exclusivamente para tener una mayor presencia en la dirigencia internacional y no para crear el espejo ideal como sucede en los países con más evolución en el voleibol mundial que permita el desarrollo sostenido paralelamente del voleibol femenino de alto nivel competitivo y generar con ello la presencia de un espectáculo impresionante que genera el acceso a los mercados como un potencial producto de importancia fundamental para la imagen televisiva y la comercialización de la publicidad estática y la profusión de su difusión en el mundo mediático hoy incrementado por la Internet.

El voleibol masculino peruano si se le quiere ubicar en el lugar de la historia que le corresponde ha tenido tres etapas. La del romanticismo de sus inicios entre 1942 y 1960 un proceso llevado por el entusiasmo de equipos de clubes básicamente en Lima como Regatas Lima, Sportung Miraflores, Tennis Club Las Terrazas, Circolo Sportivo Italiano, Cultural Lima, Club Bata, Divino Maestro e instituciones como Escuela Militar, Escuela de Aviación, Universidad de San Marcos, Universidad de Ingeniería, Universidad Federico Villareal, Club Los Heraldos y otros. Obviamente el nivel competitivo no en función del funcionamiento colectivo de los equipos no era el ideal pero reconocemos que había muchas individualidades que marcaban la diferencia..

Antes de ingresar a la etapa intermedia de esta historia debemos ubicarnos entre los años 1961 y 1972 época en que una prensa evidentemente distorsionada y mal intencionada comienza una campaña demoledora contra el voleibol masculino retomando viejas posiciones antagónicas esgrimidas por algunos miembros de la primera Junta Directiva presidida por el Doctor José Pezet Miró Quesada en los inicios de los años sesenta por la presencia en algunos equipos de jugadores de otras opciones respetables pero incompatibles con los principios morales y éticos reinantes en aquella época en el deporte y que se mantienen vigentes hasta nuestros días.


Obviamente esa campaña motivó una severa retracción dentro de los equipos que activaban oficialmente en el voleibol masculino, unos desaparecieron por situaciones internas insalvables, otros porque simplemente no quisieron seguir en el voleibol y otros por falta de apoyo de empresas que de alguna manera apostaban por esta disciplina. En 1973 se produce el retiro del emblemático Club Divino Maestro por decisión de Don Enrique Castañeda su Presidente pero sus equipos y técnicos son asumidos por Casa Merkur la empresa de artículos deportivos del recordado Alfredo Hoshi quien decide brindarle su importante apoyo pero no fue por mucho tiempo porque al influjo del mismo problema antes mencionado terminó desapareciendo.

Sobre la base de la Universidad Federico Villareal, algunos jugadores de la Universidad de Ingeniería en 1973 nace el Club Deportivo Bancoper que contaba con el importante apoyo del Banco Comercial del Perú quien inclusive lo dotó de un hermoso Coliseo cerrado en Monterrico y a el se suman el Rinconada Country Club, el MTC (Ministerio de Transporte y Comunicaciones) los que conjuntamente con el Club Regatas Lima y posteriormente el Club Peerles un esfuerzo de una empresa importante hacían un gran espectáculo que colmaba las graderías de los Coliseos del Colegio Champagnat y del Circolo Sportrvo Italiano. El Country Club El Bosque apareció pero en forma muy fugaz. Y de la misma manera la Universidad San Martín de Porres..

Bueno es resaltar que en esa época se hicieron temporadas internacionales con China y Cuba y se llevó a cabo el Campeonato Sudamericano conjuntamente con el femenino en el año 1977.El masculino se jugó en Lima e Ica. Perú logró un significativo cuarto lugar detrás de Chile que fue medalla de Bronce, Venezuela de Plata y Brasil de Oro. Argentina quedó en quinto lugar con un equipo en el final de su ciclo. Un año después vendría la revolución del voleibol masculino argentino de la mano de Julio Velasco y posteriormente con la llegada del coreano Yong Wan Soon a quien le tenemos que dar el crédito que le corresponde por el proceso 1980-1984. En el mismo 1977 una selección nacional juvenil en la rama masculina viaja a competir en el Campeonato Mundial en Brasil con muy poca suerte.

Una competencia significativa para el voleibol masculino se dio en diciembre de 1980 cuando el Club Deportivo Bancoper participó en la primera Copa Sudamericana de Clubes Campeones que se desarrolló en el Coliseo Etchart del Club Ferrocarril Oeste en Buenos Aires, Argentina en el que logro un honroso cuarto lugar en una serie en la que se tuvo que jugar con Pirelli de Brasil, Ferrocarril Oeste de Argentina y Bohemios de Uruguay y en la otra: Paulistano de Brasil, Universidad Católica de Chile, San José de Paraguay. La noche del partido entre Bancoper y Ferrocarril Oeste que ganaron los argentinos por un cerrado 3-2 dirigentes y técnicos argentinos reconocieron que nunca antes habían visto un equipo peruano de un nivel competitivo tan alto como el del Club Bancoper ni siquiera a una selección nacional.

El período denominado como intermedio en esta historia tiene un descenso entre 1981 y 1984 tal vez por que la prioridad total se volcó sobre el femenino al tener que abocarse la FPV a la organización del Campeonato Mundial de Mayores en dicha rama en 1982. Obviamente esto también generó un desfase en el presupuesto destinado a la rama masculina y por ende la actividad en esos años fue reducida.

En 1985 con la llegada meses antes de una nueva Junta Directiva a la FPV presidida por el entonces Comandante AP Oscar Ramos se retoma el tema del masculino y se designa como Jefe del Cuerpo Técnico de la categoría mayores y líder del proceso en esta rama al profesor Fernando Vásquez quien reestructura el proceso en las categorías juveniles y mayores y con el inicio de un grupo de menores a partir de un torneo de colegios y de los clubes ya vigentes..Este proceso duró entre 1985 y 1988.Debemos establecer que más allá de los resultados la FPV en aquél entonces apoyó decididamente al masculino y se organizaron varias temporadas internacionales tanto en Lima como en provincias con la venida de Argentina, Cuba, Brasil e inclusive un equipo de club de la Liga de Francia que dio un buen espectáculo en Lima. Estuvimos en los Sudamericanos de 1987 en Montevideo, Uruguay y en 1989 en Curitiba, Brasil en los que se cumplió con una aceptable actuación.

A partir de 1990 y hasta nuestros días nos ubicamos en la tercera parte de esta historia naturalmente resumida y en el inicio de un proceso involutivo que dura hasta nuestros días. El voleibol masculino volvió a ser el eslabón perdido de la FPV y una vez más l0 mantuvo solamente para guardar las apariencias, mantener quizás una mayor presencia dirigencial en el nivel internacional y obviamente generar un ingreso adicional en función presupuestal pero en lo relativo a nivel competitivo se ha venido quebrando los proceso todos los años, no existe un cuerpo técnico estable para la rama masculina, no existe dentro de la FPV una Comisión Nacional de Voleibol Masculino que elabore el Plan Estratégico y Metodológico para el mediano y largo plazo y la elaboración de una calendario de competencia local adecuado en todas las categorías.

En los últimos años por ejemplo los seleccionados de menores no son producto del trabajo de los clubes y de su competencia local sino producto de una captación improvisada que deviene en un laboratorio pues inclusive sabemos que en varias oportunidades se ha captado a los jovencitos que juegan fulbito en la explanada norte del Estadio Nacional, les ven la talla y si son grandazos entonces para adentro. En honor a la verdad hace muchos años no existen promociones ni de menores que puedan ser promocionados
a juveniles ni juveniles que tengan las condiciones ideales para ser promocionados a la categoría adulta.
No existe el biotipo físico que sea adaptable a las necesidades del voleibol masculino moderno y hoy en día los grandes equipos apuntan a los dos metros y más y acá no llegamos al metro ochenta y cinco.

La última competencia de nuestro voleibol masculino fue en noviembre del año pasado en los Juegos Bolivarianos en la ciudad de Sucre, en Bolivia en la que lamentablemente no se dio el nivel competitivo que se esperaba por la ausencia lamentable de Colombia que prácticamente le dejó libre por su inmensa superioridad el camino a Venezuela. En honor a la verdad Ecuador, Bolivia y Perú jugaron un torneo aparte que sirvió para ratificar la superioridad en este lote de Perú que por dignidad no podía perder un solo partido con los antes mencionados, es decir Perú en estos Bolivarianos ganó lo que tenía la obligación de ganar.

La medalla de plata la disputaron Perú y Ecuador. Dentro de la precaria información proporcionada por la página oficial del organizador podemos observar que se trató de un partido bastante cerrado aunque favorable a Perú en un total de 78 minutos. El primer parcial 25-15 en 18 minutos, el segundo 29-27 en 34 minutos y el tercero 25-21 en 26 minutos.

Si consider4aamos el discreto nivel de Ecuador tenemos que aceptar que este resultado aún cuando significó una medalla de plata para nuestro país no tiene ninguna relevancia considerando que los demás países de la región con excepción obvia de Bolivia están muy por encima tanto de el ganador como del perdedor.

El voleibol masculino en nuestro país necesita con urgencia un cambio radical de estructuras a partir de un sistema sustentado en clubes económica ,organizativa y administrativamente fuertes y de un calendario de competencias adecuadamente establecido respetando las etapas que componen el ciclo de preparación de los equipos y en todas las categorías dejando la Liga Nacional en categoría adulta para ser desarrollada en los espacios de tiempo permitidos por el Calendario internacional de la FIVB y de la CSV. Los clubes deben construir el producto voleibol masculino convirtiéndolo en un producto rentable a partir de planes de desarrollo al mediano y largo plazo y no de resultados inmediatos que nunca van a llegar. Ese proceso debe iniciarse con una gran masticación, un proceso de captación en base a criterios modernos apuntando a la alta competencia internacional. Sucesivas y respetadas etapas de formación, entrenamiento, perfeccionamiento, competencia local a cargo de los clubes, lo relativo a la competencia internacional a nivel selecciones nacionales es de competencia y responsabilidad de la FPV..

Cerrando esta nota finalizó el Play Off de definición de la Liga 2009 del voleibol masculino torneo que curiosamente finalizó en octubre del año pasado y fue suspendido durante cuatro meses dicen que porque el seleccionado nacional adulto tenía que encarar su preparación final para competir en los Juegos Bolivarianos en la ciudad de Sucre,,Bolivia, que tenían una duración de no más de quince días y sin embargo en una decisión técnicamente contradictoria que no sabemos a quien pueda favorecer recién en estos momentos se llevó a cabo. El nivel competitivo fue muy discreto y obviamente el Deportivo Wanka conformado sobre la base de jugadores del seleccionado nacional confirmó su favoritismo ganando los dos partidos y coronándose Campeón Nacional..

Hasta la próxima.

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